La testosterona te cambia la voz. En los siglos XV y XVI se dieron cuenta de ésto. También querían conservar la voz aguda de los pequeños sopranos. Resolvemos la ecuación... Y sí. Les cortaban los huevos a tijeretazos.
De la que se ha librado Joselito. El caso es que cuando supe de la existencia de los castrati, empecé a elaborar una lista mental de personas a las que habría que castrar para que su carga genética no estuviera en las generaciones futuras.
Hace unas semanas, amplié mi lista en una pareja. Por el bien de la humanidad, por los hijos de nuestros hijos...
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